05 de septiembre de 2022
¿Alguna vez te has preguntado qué saben las redes sociales de ti? ¿Para qué utilizan tu información? ¿Qué contenido es adecuado de publicar y compartir? Cuando hacemos uso de nuestros perfiles en redes sociales debemos ser muy cuidadosos a la hora de compartir nuestra información y pensar en los riesgos que nos puede ocasionar.

 

Seguro que tienes una cuenta en alguna de las redes sociales más utilizadas. Y aunque no la tuvieses, seguro que sabes cómo funcionan y para qué las utilizan los usuarios: publicar fotos, comentarios, noticias, eventos… Y esta información, aunque no lo creamos, dice mucho sobre quiénes somos: cuál es nuestro estilo de vida, qué ideas, gustos, preferencias e intereses tenemos, con quién nos relacionamos, etc.

Pero ¿compartimos algo más a través de redes sociales? No olvidemos que todo lo que publiquemos puede llegar a ser visto por terceras personas. Toda esta información publicada de manera directa o indirecta, si cae en malas manos, puede volverse contra nosotros. 

Sé una persona cautelosa.

En ocasiones publicamos contenidos que nos parecen inofensivos, pero no somos conscientes del grado de exposición al que nos sometemos, ni las consecuencias que pueden tener en nuestras vidas. Ejemplos de información que no deberíamos hacer pública en la Red:

  • Fecha de nacimiento completa. Aunque pueda ser necesaria a la hora de crearnos un perfil, eso no quiere decir que tenga que ser visible para nuestros contactos. Es una pieza clave para el robo de nuestra identidad o para extorsionarnos.
  • Ubicación actual. Publicar nuestra ubicación puede ser peligroso, ya que estamos informando de cuando dejamos nuestra casa deshabitada o nuestras rutinas diarias, como, por ejemplo, el tiempo que pasamos en el trabajo o en el gimnasio.
  • Domicilio. Igualmente dejar nuestro domicilio a la vista de todos puede facilitar el robo de nuestra casa o la suplantación de nuestra identidad.
  • Número de móvil o correo electrónico. Este tipo de datos, si acaba en malas manos, puede dar mucha información a terceras personas que busquen realizar algún tipo de ataque por medio de ingeniería social. Por ejemplo, bombardeando nuestro e-mail con correos con spam o phishing con el que sustraer nuestros datos bancarios.  

 

                 ¿HACEMOS BUEN USO DE LAS REDES SOCIALES?