23 de enero de 2023
Sin duda, la cesta de la compra es uno de los gastos más importantes de las familias. Seguir algunos consejos sencillos nos pueden ayudar a ahorrar.

 

 

Existen varias maneras de ahorrar en la cesta de la compra:

  • Planificar las compras: Haz una lista de lo que necesitas antes de ir al supermercado y sigue esa lista para evitar las compras impulsivas. Planificar unos menús semanales nos va a facilitar la tarea a la hora de elaborar la lista de la compra y también evitarás acumular más comida de la necesaria, evitando que se desperdicien algunos productos.
  • Comparar los precios de los productos en diferentes supermercados para asegurarte de que estás comprando al mejor precio. El mismo producto puede tener una diferencia de precio significativa en distintos establecimientos. Si tienes tiempo, comparar precios es una buena manera de ahorrar.
  • Comprar productos en descuento. Aprovecha las ofertas y descuentos que ofrecen los supermercados para ahorrar dinero, especialmente en productos no perecederos. Para comparar precios, siempre debes fijarte en el precio por kilo o por unidad.
  • Otra buena opción es comprar a granel. Los productos que ya están en bandejas o embolsados suelen ser más caros que los que compramos a granel.
  • Comprar productos frescos. Compra frutas y verduras frescas en lugar de productos procesados ya que son más saludables y generalmente más económicos. Además, si son productos de temporada, están en su momento óptimo de consumo. Esto es especialmente importante en frutas y verduras. Además, ayuda a reducir las emisiones de CO2, porque son alimentos de proximidad, que no han recorrido miles de kilómetros antes de llegar a la tienda.
Si no conoces qué frutas y hortalizas están en su momento óptimo de consumo cada temporada, puedes consultar este calendario de Alimentos de España.

Si hay un electrodoméstico que nos puede ayudar en la tarea de ahorrar con la cesta de la compra, ese es el congelador. Por un lado, nos permite adquirir mayores cantidades de algunos alimentos que, normalmente, tienen un precio de bajo. Por otro lado, nos ayuda a reducir el desperdicio de alimentos, ya sean crudos o cocinados, de forma que, al congelarlos, alargamos su vida.