31 de agosto de 2023
La oferta de productos y servicios es cada vez mayor. Las marcas incitan a comprar cada vez más compulsivamente.

 

 

 


Muchas marcas que se publicitan van asociadas frecuentemente a estereotipos sociales. Por esta razón, al comprar una de estas marcas, no siempre se hace por su diseño o calidad, sino por pertenecer al grupo social o estereotipo que se muestra en el anuncio: el de la gente "que no es tonta", el de la gente feliz, el de la gente exitosa, el de la gente "libre", el de la gente "sana", etc.

Pero, ¿por qué sucede esto? La publicidad de las marcas consigue llegar al nivel emocional del consumidor.

Muchas veces, la marca trabaja para conseguir que el comprador y usuario entienda, a través de la publicidad, que vestirlas o llevarlas no sólo tendrá un fin práctico y estético, sino que, además, le hará sentirse mejor, más feliz, más cómodo, más popular o perteneciente a una determinada tribu urbana.

En otras ocasiones, la presión publicitara llega a generar, a través de las emociones "necesidades ficticias" entre la población.

La estética y la ética.

La estética también influye a la hora de adquirir un productos, como ropa o un teléfono móvil. A veces, éste se convierte en un símbolo, sobre todo entre los jóvenes. En el colegio, en la calle, en casa, se rivaliza con las marcas. Las marcas aparecen como portadoras de sueños: quien las lleva se siente más joven, mayor, más elegante, más atractivo...

El grupo favorece el deseo de poseer la marca famosa, cuyos productos suelen ser más caros y de última moda. De esta manera, todo se acaba midiendo por el precio de lo que se lleva puesto.

Es muy importante que la persona consumidora se dé cuente de esto y trate de evitarlo, puesto que no siempre los artículos de marca son los más adecuados a nuestras necesidades.

El impacto medioambiental

Siempre hay que tener en cuenta que, la gran cantidad de artículos nuevos que se producen, implica una explotación muy grande de recursos naturales que, en su mayoría, no se recuperan mediante el reciclaje.

Un ejemplo lo podemos encontrar en el impacto ambiental de la industria de la moda. Se requieren 7.500 litros de agua para producir unos jeans El sector del vestido usa  cada año  una cantidad suficiente de agua para que sobrevivan 5 millones de personas La industria de la moda es responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel global.

El impacto socio-laboral

Es tan importante fijarse tanto en lo que se compra como en lo que se apoya con esa compra. Existen tiendas de segunda mano y tiendas que favorecen a un determinado tipo de comercio. Hay que preocuparse no sólo por lo que se ve en las marcas, sino también por las implicaciones sociales de los procesos que han hecho posibles esos productos que compramos.

¿Qué puedo hacer yo?

A la hora de comprar:

  1. Ser responsable y crítico con los actos de consumo.
  2. Elaborar una lista con las verdaderas necesidades y atenerme a ella.
  3. A la hora de elegir entre dos productos similares, no dejarme llevar exclusivamente por la marca. Valorar todas las características y cualidades de ambos, y tratar de tomar una decisión racional. 
  4. No cuestionar los productos de marcas menos conocidas, ni hacer que las personas que los usan que se sientan mal por ello. Sin darnos cuenta, estaremos actuando como un anuncio publicitario sin recibir nada a cambio.
  5. No comprar simplemente por moda o porque alguien lleve una determinada prenda de vestir en nuestro entorno. Pensar si necesitamos esa prenda, si es práctica, o si ya tenemos otras parecidas.
Neuromarketing para consumidores ¿compra racional? | Luciano Pámpanas | TEDxReyJuanCarlosUniversity