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12 de November de 2021
El gusto, el olfato, el tacto, el oído y la vista también tienen relevancia en el ámbito de la publicidad

Tomar decisiones durante la compra es un acto de especial importancia. En estas decisiones se pueden observar diferentes hábitos en consumo: aquellas personas que se dejan llevar por los impulsos y las decisiones de última hora, aquellas que se acogen a la lista de la compra previamente planificada.... En este sentido, el marketing sensorial resulta una estrategia que pretenderá afianzar las sensaciones y emociones de las personas consumidoras, influenciando finalmente en sus decisiones de compra. Por este motivo, resulta imprescindible ser crítico, racional y responsable en cuanto a hábitos de consumo se refiere.

Según diferentes estudios y publicaciones, las personas “recordamos el 1% de lo que tocamos, el 2% de lo que oímos, el 5% de lo que vemos, el 15% de lo que probamos y el 35% de lo que olemos.” de ahí que estas estrategias de marketing adquieran vital importancia. 

Entrar en un supermercado y percibir el olor a productos de panadería recién horneados nos incentivará a consumir algo de esa panadería, aunque no lo tuviéramos planificado. En este caso, el marketing busca despertar una sensación en ese momento, en el ahora, para que se dé un aumento en las compras. Caer o no en esas “trampas” ya es labor nuestra. Debemos intentar ser objetivos y pensar que en un establecimiento la música, los olores, las degustaciones... están ahí por alguna razón. Promover hábitos responsables en consumo contribuirá positivamente a que dichos estímulos sensoriales no dictaminen nuestras decisiones finales en la compra, sino que se ajuste realmente a nuestras necesidades.

Algunos recordatorios que podemos hacer en este sentido:

  • Pensar antes de actuar. Durante la compra los impulsos deberían de quedarse fuera del establecimiento, y dejarnos guiar únicamente por la lista de la compra previamente elaborada.
  • Intentar ser crítico/a con aquellos estímulos que percibimos durante la compra (música, disposición del centro…) todo está pensado para incentivar las ventas, por lo que intentar ser lo más consciente posible y no dejarse llevar resulta clave en este sentido.
  • Ojo con el marketing infantil. Ir acompañado/a a la compra de los más jóvenes de la casa puede provocar que acaben en la cesta productos que no teníamos pensado adquirir, pero que sin embargo se terminan comprando.  Estas personas consumidoras, tanto niños/as pequeñas como adolescentes,  acaban teniendo cada vez mayor poder de decisión. Según una encuesta realizada por OCU (2018), “el 59% de los padres reconoce que sus hijos influyen a la hora de comprar un producto en la tienda, no solamente en las categorías dirigidas a los niños.” De nuevo necesario promover una compra consciente en todo momento, incluyendo en tal estrategia a los más jóvenes, favoreciendo que en el futuro se conviertan en personas consumidoras responsables.

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