Moda sostenible en desarrollo
Los hábitos de consumo cada vez reflejan una sociedad más frenética, con afán de conseguir cada vez más cosas materiales, y sin tiempo en pensar si realmente se necesita aquello que estamos adquiriendo. Esta sensación creemos que se acentúa en momentos puntuales del año, como son las fechas navideñas, las propias vacaciones estivales, el periodo de rebajas… pero en realidad dicha sensación está presente a lo largo del todo el año. ¿En cuántas ocasiones compramos ropa sin necesitarla realmente? ¿Cuántas veces abrimos el armario y descubrimos un par de pantalones que no hemos llegado a estrenar o esa camisa de la cual ya no nos acordábamos que habíamos comprado?
Es por estos motivos por los que se requiere hacer una parada y reflexionar sobre el tipo de consumo que estamos realizando y cómo nuestros hábitos influyen en el entorno. Podríamos extrapolar esta reflexión a cualquier ámbito, pero en este caso nos centraremos en el textil.
Es imprescindible tener en cuenta la promoción de ciertas claves y puntos que ayudarán en la adquisición de hábitos responsables: compromiso social, ideas ecológicas, oportunidades y ahorro económico. Estos son los pilares sobre los que se asienta la conocida como moda sostenible, y también la conocida como eco-moda: diseño de prendas desde un principio ecológico.
En ello influye también la propia población y las decisiones y acciones que realizan cada día. Un gesto que se repite cada vez con mayor asiduidad y que refleja un cambio de paradigma, es el depositar en ciertos contenedores aquella ropa que ya no vayamos a utilizar y que otra persona puede darle servicio. Sin ir más lejos, durante el año 2017 “los contenedores rojos recuperaron en Asturias más de 1.850 toneladas de textiles.”
Y esto es importante ¿por qué? Entre otros motivos, porque se contribuye a reducir la alta cantidad de residuos generados, ya que cuando pensamos en éstos no nos hemos de referir únicamente a residuos materiales como electrodomésticos, plásticos, latas y envoltorios de alimentos, etc., sino también a la alta cantidad de prendas de vestir que acaban en los contenedores comunes de la basura, sin más miramientos que deshacerse de ellas.
Por este motivo, es importante promover un consumo responsable, e impulsar y alargar la vida útil de dichas prendas, ayudando a que otras personas puedan hacer uso de ellas. Bien se las podemos regalar a alguien que conozcamos y que las necesite, las podemos donar, o reutilizar, o incluso muchas de ellas se venden a bajo precio por ser de segunda o tercera mano… En consecuencia, se contribuirá también a reducir los recursos empleados en la fabricación de nuevas prendas (agua, electricidad…)
