Vamping tecnológico
05 de noviembre de 2021
Falta de sueño y alteraciones de rutinas a consecuencia de la tecnología

Rutinas y hábitos que giran en muchas ocasiones alrededor del uso de dispositivos móviles y tecnológicos, que dificulta que en algún momento nos podamos “desenganchar” de ello, incluso durante las horas de sueño. 

Desde que nos levantamos, la tecnología forma parte de nuestro día a día: en la escuela, el trabajo, muchos momentos de nuestro ocio (ver películas a través de plataformas digitales, navegar por las redes, leer el periódico de manera digital, escuchar música…) Y desde hace unos años, utilizar estos dispositivos móviles antes de dormir se está convirtiendo también en un hábito másEl problema aquí radica en que en lugar de relajar el cerebro y descansar, hacemos todo lo contrario, lo estimulamos, lo que supone una seria alteración del sueño, pudiendo esto tener consecuencias graves en nuestra salud, trastornos de comportamiento, ansiedad, cambios en el apetito y la alimentación…, disminución en el rendimiento académico o en el trabajo, dificultad en las interacciones sociales, etc.

Estamos ante lo que se conoce como “Vamping tecnológico.”

Un dato significativo es que “El 81,5 % de los jóvenes ha modificado sus ritmos de sueño y llega a recibir o enviar hasta 100 mensajes diarios a través de su móvil.” Y según apuntan, ésta es una realidad que ya lleva asentada desde hace algunos años, siendo cada vez más predominante. Algunos otros datos significativos, es que según parece, “en años anteriores ya casi el 70 % de los adolescentes españoles no dormían las horas suficientes, entre ocho y diez” y “el 80 % (adolescentes) estaban una o dos horas consultando la pantalla cuando sus padres pensaban que estaban durmiendo.” Decir que esta nueva realidad no es única de los adolescentes, sino que cada vez más, afecta a niños/as pequeños y los adultos del hogar. Por lo que se trata de una problemática que influye a toda la sociedad en su conjunto.

Todo ello supone la necesidad de promover hábitos y rutinas más saludables, tanto para los más jóvenes como los adultos, promoviendo el paso a una realidad donde también exista tiempo de desconexión. Entre dichos hábitos se pueden proponer:

  • Establecer horarios para el uso de tales dispositivos durante el día, y priorizar que un tiempo antes de la hora de ir a dormir haya un descanso total en su uso (se apunta que lo adecuado son 2 horas antes), pudiendo utilizar este tiempo como tiempo en familia, o con las personas que se conviva (momentos para la relajación, conversación, juegos de mesa…)
  • Es importantísimo que los adultos sean modelos positivos para los más jóvenes, y en este sentido podemos ayudar si evitamos ir acompañados de estos dispositivos a la cama. Para ello podemos crear un lugar para que todos los de la casa puedan dejar allí los móviles, tablets, ordenadores portátiles… apagados, y fomentar así rutinas de sueño adecuadas que favorezcan un descanso saludable.
  • Potenciar el desarrollo de actividades al aire libre, bien sea un deporte o actividad física, rutas o senderismo en familia, paseos en bicicleta, acudir a un parque con otros amigos/as, etc. Las interacciones sociales son importantes en todas las etapas de la vida.
  • Crear un clima de confianza con aquellas personas que convivimos, para así poder promover un consumo responsable de las tecnologías, ofreciendo herramientas e información sobre el uso que se puede hacer de ellas (realización de trabajos, búsqueda de información…), los riesgos que también existen, los beneficios que pueden llegar a tener si se hace un uso responsable, etc.

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