El cartel publicitario

Hablar de publicidad siempre es un reto, ya que son muchos los elementos que pueden ser tenidos en cuenta, desde los colores, hasta la música, los planos utilizados, los personajes empleados, el eslogan inventado…  En estas líneas vamos a centrarnos en el conocido como cartel publicitario, descubriendo parte de su pasado, lo que nos dará perspectiva de cómo la publicidad ha estado vinculada a nuestra vida y hábitos de consumo desde hace muchísimo tiempo.

Un poco de historia.

Nos tenemos que remontar a 1477 en Inglaterra, para encontrarnos con el nacimiento del denominado “cartel comercial”. Fue William Caxton quien edita el primer cartel, hablando sobre las aguas termales. Pasarían algunos años, hasta 1482, cuando el primer cartel ilustrado aparece en Francia de la mano de Jean du Pré. Y tendrán que pasar algunos años más, hasta que en el S. XIX aparecen los primeros carteles publicitarios en España. Comienzan a tener mayor presencia debido a los cambios sociales y artísticos que se dieron entonces. Estos últimos carteles se asemejan más a los que conocemos actualmente. Se dice que fue Jules Chéret el inventor o fundador del cartel moderno (“el padre del póster”). Se realizaron campañas para marcas de perfumes, licores,… a través de la técnica de la litografía (trabajo gráfico impreso por presión a partir de una piedra calcárea o una plancha de metal)

Una imagen vale más que mil palabras.

Seguramente esta frase la hemos dicho y escuchado en numerosas ocasiones, y en este caso resume muy bien lo que se pretende con esta herramienta publicitaria. Transmitir con una imagen una idea principal y un mensaje que llegue al público de manera rápida y contundente. Para ello se tendrán en cuenta varias cuestiones como son por ejemplo:

• El público a quien va dirigido. En este aspecto influye también el lugar donde se vaya a ubicar, de mayor o menor tránsito por parte de este público al que se espera convencer con el cartel publicitario.
• Los colores utilizados en él. Esta publicidad estática se ha de caracterizar por ser llamativa, única, sorprendente, y para ello los colores son esenciales, ya que transmiten determinados mensajes y sensaciones. En publicidad todo está estudiado y no se deja nada al azar.
• La innovación y creatividad en su diseño. Con un solo vistazo ha de despertar el interés del público, lo que provocará que seguramente lo vuelvan a mirar más detenidamente, lo que a su vez puede propiciar que se alcance el objetivo primordial de la publicidad, persuadir a la persona de que necesita eso que se anuncia.

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