12 de mayo de 2023
Sostenibilidad, concepto que nos acompaña en muchas de nuestras tareas diarias, y que plantea la necesidad de “promover hábitos que satisfagan nuestras necesidades presentes sin poner en peligro las de generaciones futuras.” Para ello, promover hábitos responsables en consumo resulta imprescindible.

Una de estas prácticas sostenibles que comienzan a tener actualmente una mayor presencia en el día a día es la elaboración artesanal del jabón. Tradicionalmente se elaboraba en muchas casas donde el aprovechamiento de todos los recursos era una realidad. Poco a poco se fue perdiendo dicha tradición en favor del consumo de productos de fabricación más industrial. Pero dada la imperiosa necesidad de promover hábitos responsables y sostenibles en consumo que favorezcan el mejor cuidado del entorno,  que mejor forma de hacerlo que volviendo a incentivar prácticas y rutinas como la fabricación de jabones a través del reciclaje del aceite usado doméstico. 

A través de dicha práctica conseguimos darle un uso a un residuo altamente contaminante como es el aceite usado. En muchos hogares, una vez ya no se puede reutilizar más dicho aceite, acaba siendo tirado por el fregadero o inodoro, llegando así en definitiva a los ríos y mares, y contaminando no sólo esas aguas, sino también dejando por el camino un gran número de daños como la posibilidad de atascos en tuberías, la aparición de plagas, etc. Otra consecuencia derivada de estos actos es una problemática realmente seria, la eutrofización. Es decir “la proliferación de algas que se aprovechan de la falta de oxígeno a consecuencia de la presencia de toneladas de basura en la superficie del agua”, entre ellos el aceite. La eutrofización se da porque hay un exceso de nutrientes inorgánicos en el agua, sobre todo nitrógeno y fósforo, que beneficia la regeración de dichas algas, causando un “tapón” que impide el desarrollo de todos aquellos seres que cohabitan en dicho hábitat.

Por ello, tal y como se decía anteriormente, una de las mejores formas de mejorar el cuidado del entorno es potenciando hábitos sencillos cuyo impacto medioambiental sea mínimo. Destacamos aquí la elaboración de jabón artesanal, cuyos algunos de sus beneficios a nombrar serían: 

  • Se trata de jabones cuya práctica más artesanal favorece la menor emisión de gases nocivos al entorno.
  • Se incentiva el reciclaje de un residuo tan contaminante como es el aceite usado doméstico. Un dato interesante es que se estima que 1 solo litro de aceite puede llegar a contaminar hasta 1000 litros de agua. Y en consecuencia las aguas tardarían en librarse de dichos efectos dañinos entre 10 y 15 años.
  • Favorece el ahorro, al disponer habitualmente ya de uno de los recursos que se necesitan, el aceite. Y al hacerlo artesanalmente, el uso de recursos que se emplean también se verán reducidos.  Además así puede hacerse en base a las necesidades que se tengan, siempre teniendo en cuenta las precauciones a tomar a la hora de manipularlo.  

             Tradición, sostenibilidad y responsabilidad. 

        Tres conceptos e ideas que aquí interactúan por la mejor                                              preservación del entorno.

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