¿Somos conscientes que todas nuestras acciones tienen un impacto en el medio ambiente?
Si hablamos de calentamiento global y cambio climático es irremediable hacer mención a otro concepto, al estar profundamente relacionados, como es la huella de carbono. Una herramienta que evalúa la cantidad de gases de efecto invernadero que cada persona, empresa, producto o servicio, país, ... envía a la atmósfera. Se expresa en toneladas de dióxido de carbono (CO2).
Nuestro estilo de vida y nuestras actividades cotidianas, dan lugar a emisiones de gases y éstas se traducen en nuestra huella ecológica que se calcula a partir de ciertos parámetros, tales como:
Hábitos de transporte. Si solemos ir en coche solos o compartimos, transporte público, bici, andando…
Prácticas energéticas en el hogar de electricidad, gas, carbón, butano, biomasa…
Elecciones alimentarias, pues por ejemplo la producción y el transporte de algunos alimentos, como puede ser la carne, tiene mucho más impacto medioambiental que otros.
Usos de los medios tecnológicos, como ordenador, móvil, tablet, cámaras digitales...
Residuos domésticos en general. Debemos recordar la norma de las 3 "R".
A continuación os presentamos una serie de datos que nos deben hacer reflexionar:
Cada hogar español emite anualmente una media de 12,5 toneladas de gases de efecto invernadero.
Si todos los europeos bajáramos la temperatura de la lavadora solo tres grados le ahorraríamos al planeta unas emisiones contaminantes similares a las que producen 700.000 vehículos durante un año entero.
Una hamburguesa de ternera de 200 gramos es responsable de la emisión de 4 kilos y medio de dióxido de carbono (CO2).
La transmisión de datos por internet genera en el mundo, cada 24 horas, de 25 mil a 35 mil toneladas de CO2.
Un teléfono móvil es capaz de contaminar toda el agua que consumimos en España en 24 horas.
La contaminación que genera un usuario de Facebook anualmente es de 299g de CO2.
El transporte es responsable de más del 30% de las emisiones de CO2 en la UE, de las cuales el 72% proviene del transporte por carretera.
Pequeños cambios en nuestro día a día pueden minimizar nuestro impacto medioambiental y contribuir a un uso más consciente y eficiente de los recursos.
Reducir nuestra huella de carbono es un factor clave en la lucha contra el cambio climático.