Acciones por un planeta más saludable

Consumo de energía y gas, transporte, compras en alimentación, consumo textil, utilización responsable del agua… Todos estos puntos nos acompañan en el día a día. Buscar y promover opciones más respetuosas con el entorno y que favorezca un ahorro significativo de dichos recursos sería imprescindible en un futuro que se promete complicado en este sentido.
Por este motivo reflexionar sobre nuestros hábitos en consumo, qué rutinas tenemos adquiridas y el impacto medioambiental que éstas pueden estar causando (huella ecológica generada), y descubrir y formarse sobre las posibles mejoras que se pueden hacer, son algunas de las cuestiones que se intentan incentivar no sólo desde organismos como las Naciones Unidas, sino también desde instituciones como la Red de Centros de Formación para el Consumo.
Algunas de las opciones que se promueven y destacamos, entre otras muchas, son:
- Ponerle freno al desperdicio alimentario, y apostar por el comercio de cercanía con productos y alimentos más frescos y de temporada.
- Consumir menos, reutilizar, reparar y reciclar. “Cada año la gente tira 2000 millones de toneladas de basura.”
- Respetar el entorno, y mantenerlo lo más limpio posible.

Acciones sencillas para poner en marcha las iniciativas.
- Separar los residuos que se generan para facilitar su posterior reciclaje. No solo los residuos comunes como papel y cartón, brik, latas, plástico… sino también aquellos que pueden ser entendidos como residuos altamente contaminantes como son las pilas, medicamentos, aceite usado doméstico, entre otros.
- Elaborar la lista de la compra antes de acudir a la tienda, apuntando sólo lo que se necesite. La planificación es la clave sobre todo en épocas de gran consumo como son las rebajas o fechas navideñas.
- Leer el etiquetado de los alimentos y escoger aquellos que sean menos procesados, de procedencia más cercana, y cuya cantidad se ajuste a nuestras necesidades reales. No dejarse llevar por las marcas publicitarias, ni por ofertas y descuentos.
- Optar siempre que se pueda por la compra a granel.
- Reparar los electrodomésticos si hay posibilidades, y evitar el cambio prematuro de ciertos dispositivos como son los teléfonos móviles o la tablet, únicamente por modas y por querer tener siempre el de última generación. Priorizar si funciona y si cumple la tarea para la que ha sido diseñados es importante.