economía circular
20 de octubre de 2023
Una estrategia de vital importancia que requiere de la implicación de toda la sociedad.

 

Una persona en nuestro país puede generar de media 460 Kg de residuos al año. Esta alta cantidad se debe fundamentalmente a que en muchas ocasiones se practica una economía lineal y no circular. Es decir, el consumo se basa en extraer recursos y materia prima para producir algo, posteriormente distribuirlo y ponerlo a la venta, adquirirlo y consumirlo por parte de la persona consumidora, y finalmente eliminarlo si no se le va a dar más usos de los indispensables. Esto supone un alto coste medioambiental. Sin ir más lejos, el 2 de agosto, el planeta entró en números rojos, es decir “ya se había superado la capacidad que tiene la Tierra de generar y regenerar sus recursos naturales para el año 2023.”

Por este motivo es fundamental que la economía circular forme parte de nuestros hábitos de consumo diarios. Que el recurso que ya ha sido empleado tenga más vidas de las pensadas y se intente priorizar la reutilización y el reciclaje antes de deshacernos de ello. Por supuesto no debemos olvidarnos de la clave, que es reducir el uso y consumo de recursos naturales.

Por ello, una de las primeras preguntas que debemos de hacernos es ¿realmente lo necesito?. La respuesta nos va a permitir reflexionar sobre nuestros propios hábitos de consumo. En caso de que la respuesta a dicha cuestión sea "no", deberíamos ir un paso más allá y debatir entonces si comprar o adquirir eso que en principio no necesitamos, tiene alguna repercusión no sólo en nuestro bolsillo sino también en el entorno y preservación del mismo.


 

De lo que se trata en definitiva es de garantizar que los recursos se utilicen de la manera más eficiente posible. Para ello la reflexión, la toma de conciencia sobre cómo nuestras acciones tienen un impacto medioambiental, y la mejora y cambio de hábitos en consumo resultan verdaderamente necesarios. A continuación os vamos a exponer algunos datos que seguramente nos llevarán a la reflexión:

  • Fabricar un producto desde cero supone no sólo el uso de materia prima del entorno (petróleo, madera, minerales, agua…) sino también un gasto considerable de energía. “Cualquier producción nueva requiere un aumento del consumo energético de hasta un 25%.”
  • Se habla de hasta 9 millones de personas fallecidas a causa de la contaminación. Reducir, reutilizar, reciclar… contribuye a la disminución de la contaminación, algo esencial en estos momentos donde la presencia de residuos es continua en todo el entorno.
  • Según la ONU existen las llamadas “zonas sacrificio”, donde las personas están expuestas a niveles altos y extremos de polución y contaminación, lo que puede conllevar la aparición de problemas serios de salud. Según las Naciones Unidas, “se calcula que en Europa hay 2,8 millones de sitios contaminados, mientras que en los Estados Unidos se han delimitado más de 1000 sitios nacionales de saneamiento prioritario, entre cientos de miles de emplazamientos contaminados.”

“Más de un millón de toneladas de plástico inundan el Mar Mediterráneo”. Si queremos preservar nuestras costas debemos de promover hábitos en consumo responsable y sostenible que favorezcan la disminución en el uso de plásticos. ¿Cuántos de los productos que adquirimos están fabricados con este material o envasado en él y realmente era necesario? Priorizar productos y alimentos a granel, de cercanía, con envases de vidrio y materiales reciclados 100%, evitar utensilios de un solo uso y los sobre-empaquetados… son algunas de la recomendaciones que se dan en este sentido.

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