03 de noviembre de 2022
Nuestro sentido del olfato y hasta 10.000 receptores del sabor (papilas gustativas) localizados en nuestra lengua son, en gran parte, los encargados de que la Nutrición se lleve a cabo de una manera satisfactoria y placentera.


La Nutrición es un proceso involuntario a través del cual, nuestro organismo sintetiza y asimila los alimentos y líquidos necesarios para su correcto funcionamiento. Pero que la Nutrición resulte óptima y completa depende en gran medida de otro importantísimo proceso que en este caso tiene un carácter plenamente voluntario, se trata de la Alimentación.

Que los alimentos presenten un aspecto saludable, bonitos colores, aromas sutiles y por supuesto texturas y sabores agradables, es la principal preocupación de cualquier cocinero y cómo no de la Industria Alimentaria. De una manera natural o artificial se añaden colorantes, potenciadores de sabor, aromatizantes, y un largo etcétera de aditivos con la finalidad de que el comensal reciba el alimento con expectación, estimular su apetito y conseguir que la comida no suponga sólo una necesidad perentoria sino también una gustosa experiencia de la que poder disfrutar de una forma placentera.


Muy demandada por los centros educativos esta nueva temporada, la actividad Saboreando, utiliza la cata de alimentos para desvelar sus característicos y variados aromas y sabores, y cómo se detectan éstos en las diferentes zonas de nuestra lengua. Tanto sabores “puros” como el dulce del azúcar, el ácido del limón, o el bastante desconocido umami de los tomates maduros; como los sabores complejos y combinados como el ácido y amargo del pomelo, el dulce y salado del maíz tostado o los diferentes grados de dulce y amargo que podemos detectar en chocolates con mayor o menor proporción de cacao en su composición.

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