15 de octubre de 2021
Impulsar hábitos saludables, equilibrados y responsables en la población favorecerá la promoción de un autocuidado positivo.

Para la Organización Mundial de la Salud, “el autocuidado se refiere a la capacidad de las personas para promover la salud, prevenir las enfermedades y hacer frente a cualquier dolencia.”  En relación a este concepto surgió en 1994 en Estados Unidos la Teoría del Autocuidado (Dorothea Orem – enfermera, profesora e investigadora) que la definió como “una actividad aprendida, dirigida hacia nosotros mismos o hacia los demás, con el fin de conseguir un bienestar.”

Desde la Red de Centros de Formación para el Consumo se intenta promover dichos hábitos responsables en salud a través de diferentes, variados y dinámicos itinerarios formativos. En ellos se pretende dar a conocer recomendaciones que favorezcan este autocuidado. Por supuesto destacar que estos itinerarios formativos son muy versátiles, adaptados siempre a la realidad, apoyando trabajar conceptos de diferentes áreas como puede ser Alimentación y Medio Ambiente en una misma sesión, contribuyendo así al fomento de ese autocuidado positivo y promoción de la salud. 

A continuación destacaremos algunas de las recomendaciones que desde los CFC intentamos incentivar en pro de ese autocuidado positivo, y que entendemos que encajan y prosiguen con los objetivos e ideales planteados tanto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como en esa Teoría del Autocuidado.

  • Realización de actividad física. En este sentido se está hablando de moverse cada día un poco, ya sea caminando o realizando ejercicios moderados y adecuados a las características personales e individuales de cada uno. En caso de dudas sobre la actividad a realizar lo adecuado sería acudir a personal especializado.
  • Importancia de incluir en la dieta alimentos ricos en nutrientes como son las verduras, hortalizas y frutas. Las 5 raciones al día de estos alimentos han de ser básicos en nuestra alimentación. Así mismo es recomendable reducir la cantidad de bebidas azucaradas que se consumen (por ejemplo los refrescos) y optar por aquella bebida saludable e indispensable para la vida, el agua. 
  • Vinculada a este último punto destacamos la importancia que tiene reducir en nuestra dieta diaria el consumo de alimentos procesados y refinados. Para garantizar que esto se haga así, en los CFC destacamos 3 vías o herramientas: 1. Leer el etiquetado de alimentos para así saber qué es lo que estamos comiendo; 2. Elaborar uno mismo en casa los distintos platos (por ejemplo no es lo mismo hacer en casa una pizza totalmente casera y artesanal – incluida la masa – que comprarla ya congelada); 3. Conocer que nutrientes nos aportan los distintos alimentos y cómo combinarlos adecuadamente para así comprender como funcionan en nuestro organismo.
  • Otra vía que también se debe de tener en cuenta es la promoción de los denominados alimentos eco. Comprar de forma más sostenible no sólo está relacionado con el Medio Ambiente y el hecho de llevar una bolsa o carrito al supermercado, que también, sino que va más allá y se intenta promover el consumo de alimentos de producción ecológica, donde la utilización de fertilizantes y compuestos químicos sea inexistente. Para ello, la lectura del etiquetado resulta imprescindible. 
  • Y en relación a este último apartado y cómo la compra sostenible tiene cabida también en el autocuidado, decir que tener en cuenta el tipo de envase que se utiliza también es relevante. Priorizar la compra a granel, llevando nosotros mismos nuestro envase, preferiblemente de vidrio, y reduciendo así el alto consumo de plástico, tendrá efectos positivos en nuestra salud (contribuiremos en cierta medida a reducir la presencia de microplásticos)

Algunos de los pilares sobre los que se puede asentar un autocuidado positivo son:

  • MENTE SALUDABLE.  En este punto podríamos hacer referencia a la alimentación consciente y la importancia de tomar conciencia desde que realizamos la compra (¿lo necesito? ¿Por qué lo compro?), hasta el momento de su elaboración (prestar atención a la elección de ingredientes que hacemos) y posterior degustación (¿Cómo me siento cuando estoy comiendo? ¿Tomo conciencia de lo que estoy haciendo o cuento con distracciones a mí alrededor?) 
  • PREVENCIÓN. Promover hábitos saludables como la lectura del etiquetado contribuirá a la prevención y favorecerá un mejor autocuidado. 
  • CUIDADO DEL ENTORNO. La sostenibilidad está directamente relacionada con la salud y la mejor preservación de ésta. Promover también hábitos sostenibles y saludables en materia de Medio Ambiente supondrá un beneficio para nuestra salud de indudable valor.

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