10 de enero de 2022
Se acabaron las fiestas y con ellas los atracones, los excesos, el consumo desbordado... y nuestra salud puede resentirse. Para una vuelta a la rutina óptima, es necesario retomar la alimentación saludable y evitar caer en los productos milagros.

Llevamos años escuchando este término sobre todo después de las fiestas de navidad, donde prometen a las personas cambiar su peso o su aspecto físico muy rápidamente, además el uso cada vez más frecuente de Internet a la hora de realizar las compras, ha facilitado que sea mucho más sencillo adquirirlos.

Cuando hablamos de productos milagro debemos de considerar que nos enfrentamos  a un conjunto de artículos cuya finalidad es aparentemente “sanitaria”, atribuyéndoles además una serie de propiedades que no han sido probadas ni demostradas científicamente, y que muestran unos resultados que no se asemejan a la realidad. Complementos alimenticios, productos de estética, cremas para la pérdida de peso, “curar” la calvicie, medicamentos frontera que ayudan a aliviar dolencias en la espalda, algunos incluso prometen también la cura y tratamiento contra el cáncer,…

La gran presencia y variedad de éstos en el mercado, obliga a que la persona consumidora esté alerta y sea consecuente y crítica con aquello que ve en los distintos establecimientos y medios donde se encuentran este tipo de productos. Desde supermercados, hasta farmacias, grandes superficies, parafarmacias, tele-venta… y por supuesto Internet. En base a éste último, no hay que dejarse llevar por falsas expectativas, ni las promesas de salud, que en muchas ocasiones están alimentadas por lo que se ve en redes sociales.

Basta con hacer una breve búsqueda por Internet, y encontrarnos con cientos de productos que pueden ser denominados milagro. La mayoría centrados en el culto al cuerpo, en cómo lograr un “cuerpo 10” y alcanzar esa imagen que se considera “perfecta”. Se intenta transmitir un mensaje de que con el consumo de estos productos, se logrará esa “perfección” y con increíble rapidez. Esto nos ha de despertar todas las alarmas, ya que tal y como se ha comentado en diferentes publicaciones, es imposible por ejemplo perder peso si no llevamos a cabo un cambio en nuestros hábitos de alimentación y de actividad física. Así que todo lo que prometen es importante ponerlo en cuarentena.

Internet es un medio que facilita que dichos productos lleguen a las personas consumidoras con mucha facilidad. La AEMPS (La Agencia Española De Medicamentos y Productos Sanitarios) pone el foco en que debemos ser conscientes de que un gran porcentaje de los productos sanitarios y medicamentos que se ponen a la venta en Internet son falsificaciones, y circulan por la Red en la clandestinidad.
Y en relación a los productos milagro, se debe de prestar mucha atención a aquellas estrategias que seguro nos ayudarán a identificarlos en el mercado.

  • Duda de las frases tipo utilizadas, como por ejemplo “sin efectos secundarios”, “aprovecha esta oportunidad” “sólo de venta en farmacias”…
  • Los testimonios no siempre son situaciones reales. En la mayoría de los casos se trata de actores o actrices interpretando un papel.
  • Y en muchas ocasiones, los supuestos resultados que se ofrecen con el consumo de dichos productos milagro son resultados ficticios, que no han podido ser acreditados, ya que no aportan datos científicos que lo avalen.
  • Utilizan grandes ofertas y descuentos que intentan atraer la atención de la persona consumidora que en ese momento está viendo la publicidad (publicidad en ocasiones muy agresiva)
  • Utilizan a supuestos profesionales del ámbito de la medicina (suelen aparecer con bata blanca) que en realidad son nuevamente actores/ actrices.

https://distafarma.aemps.es/
https://distafarma.aemps.es/farmacom/faces/templates/estaticas/logotipoEuropeo.xhtml

El logotipo que ha de aparecer es el siguiente:

Buscador