17 de enero de 2024
Tras los gastos extraordinarios de la Navidad, toca apretarse el cinturón. Pequeños consejos llevados a la práctica nos ayudarán a sobrellevar la tan temida cuesta de enero.

Las fiestas navideñas suelen traer asociado un incremento del gasto doméstico. Esto hace que afrontemos el primer mes del año con mayores dificultades económicas, lo que tradicionalmente se conoce como cuesta de enero. 
No existen fórmulas mágicas que nos permitan amortiguar una situación de escasez económica, sin embargo, algunos consejos nos serán de utilidad para encauzar la economía desde principios de año:

  • Planificar un presupuesto: identificar cuáles son los gastos que no vamos a poder evitar, nos permitirá saber el dinero del que disponemos planificando el resto de los gastos con un presupuesto estableciendo prioridades.
  • Cuidado con las rebajas: ten cuidado de no caer en la tentación de realizar compras compulsivas e innecesarias atraídos por los reclamos atractivos de las rebajas.
  • Abaratar las facturas: reducir en la medida de lo posible el gasto de gas, agua y electricidad. Un consumo medido de los suministros del hogar nos permitirá ahorrar y afrontar con más solvencia la planificación de gastos.
  • Cuidado con los préstamos: la situación de necesidad puede llevarnos a acogernos a créditos rápidos. Debemos tener mucho cuidado con esta práctica y recurrir a ella sólo cuando sea estrictamente necesario, analizando siempre la capacidad que tengamos de afrontar los pagos que se deriven.
  • Reducir los gastos innecesarios: la cuesta de enero es una buena época para replantearnos qué tipo de gastos estamos realizando de forma innecesaria.
  • Comparar precios antes de comprar: priorizar el factor precio en nuestras compras, con ello, podremos rebajar notablemente el nivel de gasto.
  • Fomentar el consumo responsable: la cuesta de enero puede ser una buena oportunidad para que le demos un enfoque más sostenible a lo que consumimos. Adquirir solamente lo que vayamos a consumir nos permitirá no sólo aliviar la economía doméstica, sino también evitar el impacto sobre el planeta, ya que cada vez es más lo que desperdiciamos de nuestras compras, sobre todo en alimentos. Reutilizar y dar una nueva imagen a aquellos productos que tenemos contribuye a disminuir el uso de recursos y energía y nos permite tener un consumo más responsable.

 


 

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